Hace más de tres años Carla Rodríguez fue diagnosticada a tener un compañero de por vida, de un momento a otro su vida cambió por completo y solamente con el tiempo fue capaz de encontrar un nuevo sentido. Cada mañana se mira en el espejo y repite como si de un ritual se tratara: "Hoy no me voy a quejar, hoy no me voy a quejar, hoy no me voy a quejar."
Fuerza, automotivación y tenacidad son algunos de los principales pilares en su vida, levantarse de tantos terremotos no ha sido sencillo pero algo está claro; seguirá(n) adelante hasta que uno de los dos no pueda más.

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